Daniel Martín Pena

Daniel Martín Pena

Decano de la Facultad de Ciencias de la Documentación y Comunicación de la UEx

En la Universidad tenemos la gran responsabilidad de formar a los futuros profesionales de la comunicación. No es una tarea sencilla, todo lo contrario, se antoja muy complicada dadas las circunstancias actuales. Vivimos en una sociedad llena de infotoxicidad. La información tóxica circula libremente, cada día, por distintos canales y soportes. Internet se ha convertido en una jungla con una dolencia incurable, la sobresaturación informativa, el exceso y la facilidad de acceso a todo tipo de datos. Todo está en la red, lo complicado es distinguir qué es correcto y qué no lo es. Este panorama hace que la cantidad de mensajes maliciosos, bulos o fake news que la ciudadanía ha incorporado de manera paulatina y sin percatarse a su dieta mediática diaria aumente desmesuradamente. Aunque, ¡no nos engañemos! Este tipo de desinformación existe desde hace más de un siglo. Verdaderamente, lo que ha cambiado ha sido el rol que juegan las redes sociales, gracias a las cuales con solo un clic nos podemos convertir en cómplices inconscientes de una noticia falsa. Creerse o “tragarse” este tipo de noticias es más sencillo que tener reflexionar y contrastar los datos que nos han llegado a través de uno de nuestros muchos perfiles sociales. De hecho, un estudio de los investigadores Gordon Pennycook y David G. Grand achaca más a la pereza cognitiva que el razonamiento partidista el hecho de compartir ese tipo de noticias.

Fomentar desde la infancia, y en el sistema educativo, la educación mediática es darles armas a nuestras futuras generaciones para pelear en igualdad de condiciones

Por eso, es clave trabajar el pensamiento crítico de la ciudadanía para combatir en unas condiciones desfavorables. Fomentar desde la infancia, y en el sistema educativo, la educación mediática es darles armas a nuestras futuras generaciones para pelear en igualdad de condiciones. En la web existen múltiples herramientas sencillas de manejar que permiten, solo con algo de interés por parte del usuario, poder contrastar noticias, en un momento en el que la Inteligencia Artificial ha entrado en boom. En este contexto, es clave también, y en paralelo, el nuevo rol de los periodistas o informadores, además de continuar con su labor genuina, generar noticias, ahora además deben ser moderadores y verificadores incesantes de información, para facilitar la tarea a los ciudadanos y combatir una brecha tecnológica generacional que no deja de crecer. En este sentido, desde la Universidad queda trabajar con los nativos digitales, que conocen y manejan este nuevo entorno, pero les queda trabajar esa capacidad reflexiva que les lleve a ser los profesionales que la sociedad demanda, implicados socialmente y que primen las voces de los expertos para contrarrestar la infinidad de información falsa que cada día llega a nuestros dispositivos “inteligentes”. Yo, sin duda, quiero confiar en esos futuros profesionales de la comunicación.