Entrevista para RegionDigital.com

Coincidiendo con el Día de la Libertad de Prensa, charlamos con Isabel Bravo, presidenta de la Asociación de Periodistas de Cáceres (APC) y periodista de raza donde las haya para vislumbrar las problemáticas de la profesión, la importancia de la misma para una democracia y libertad real así como poner en valor a la figura del periodista con criterio para hacer frente a las ‘falsas noticias.

Cuentas con una larga trayectoria en la profesión, ¿Cómo fueron tus inicios en el periodismo hasta encontrar un trabajo digno y estable?

En cierto modo podría decirse que fueron unos inicios similares a los de ahora, pues fui periodista en prácticas en una emisora de radio por muy poco dinero, también becaria en un periódico nacional (hacer constar que las becas eran por aquel entonces bastante más cuantiosas que en la actualidad) e incluso trabajé como autónoma para la televisión pública, pero he de decir que había entonces una diferencia muy importante respecto a la situación que viven ahora los periodistas que empiezan.

Y es que entonces sabíamos que los comienzos algo precarios nos abrirían las puertas a trabajos cada vez más importantes y bien remunerados.

Parece que la cosa ha cambiado un poco… ¿Cómo ves la actual situación de los jóvenes periodistas?

Me gustaría poder responder de otra forma, pero la verdad es que la veo realmente difícil.
Aunque a todos nos está afectando de una u otra forma la ‘trágica’ situación en que se encuentra nuestro sector, a los que hemos vivido otros tiempos nos queda la satisfacción, al menos ese es mi caso, de haber vivido buenas épocas del periodismo, aquellas en las que la labor periodística y los periodistas gozaban de reconocimiento y credibilidad, en que se respetaba y garantizaba la independencia y libertad de prensa, en que se defendían y aplicaban los derechos laborales y salariales…, pero ¿qué les toca vivir a los que empiezan?

Teniendo en cuenta a lo que se enfrentan hoy los jóvenes periodistas, como precarios contratos de trabajo, yo diría que incluso humillantes en muchos casos; escasas plantillas, exceso de trabajo, salarios irrisorios, un fuerte intrusismo, abusos, presiones…, la verdad es que no puedo decir otra cosa salvo que su situación no es nada fácil.

Becarios, falsos autónomos, contratos que no llegan al convenio… ¿Consideras que esta situación de precariedad afecta a la libertad de prensa?

Claro que afecta, sin duda alguna. La situación de precariedad en que se encuentra el sector desde hace ya demasiado tiempo, y que no parece que vaya a mejorar, está afectando claramente al ánimo y la labor de los profesionales, que se enfrentan a presiones a las que es difícil hacer frente cuando uno ve peligrar su puesto de trabajo.

La precariedad lleva a los periodistas a vivir en una continua inseguridad ante la que resulta difícil hacer frente a la presiones, y cuando el periodista pierde la capacidad de enfrentarse a las presiones, es incuestionable que perderá libertad, independencia, credibilidad…, y que su labor periodística se degradará. Pero también es incuestionable que cuando esto ocurre la libertad de prensa se ve degradada.

La FAPE alerta sobre un retroceso en España de la libertad de prensa a raíz del conflicto catalán. Radicales independentistas así como ultraderechistas han aprovechado la tensión para cometer actos vandálicos en contra de los medios opuestos a sus convicciones ¿Alguna solución a la vista?

Yo creo que no habrá solución alguna a la vista mientras la sociedad, en general, no sea plenamente consciente de que sin libertad de prensa no hay democracia, de que cuanto mayor sea la libertad de prensa y cuanto más independiente y sin presiones sea el trabajo de los periodistas más fuerte será una democracia.

Aunque sí es cierto que hoy más que nunca, por el aumento de presiones, injerencias, de proliferación de falsas noticias y falsos periodistas que están propiciando las redes sociales…, se hace sumamente urgente y necesaria una solución, y no ya solo en Cataluña, pese a ser cierto que allí se ha incrementado el clima de hostilidad hacia los periodistas, sino en toda España. Hoy más que nunca se hace necesario proteger la libertad de prensa, que esta sea realmente efectiva.

Otro de los problemas actuales, es la llamada ‘Ley Mordaza’ ¿Realmente limita la libertad de expresión y por tanto, la libertad de prensa?

Todo lo que limite, ponga trabas o impida el ejercicio libre del periodismo, la independencia del periodista, el derecho de los ciudadanos a estar informados…, que limite en definitiva la libertad de expresión, limita la libertad de prensa; y esto es algo que, sin duda alguna, propicia el mantenimiento de la llamada ‘ley mordaza’, que permite con algunos de sus artículos castigar a quienes ejercen el periodismo libre.

Una eterna lucha de la libertad de prensa es la de que los periodistas que trabajan en medios públicos puedan ejercer libremente la profesión, porque además, es un servicio que pagamos todos los ciudadanos ¿Cómo ves de urgente la reforma de la Ley de RTVE?

Todo lo que propicie una labor periodística sin presiones e injerencias, con la que poder ofrecer a los ciudadanos una información de calidad, contrastada y veraz, es fundamental, se trabaje en el medio que se trabaje. Y si para ello, para garantizar que los periodistas de los medios públicos puedan trabajar libremente y se respete su independencia, y garantizar así un servicio público creible y plural, es necesaria la reforma de la Ley de RTVE, ésta se ha de tramitar con carácter de urgencia.

Cambiando un poco de tercio, según la UNESCO, 1 de cada 4 mujeres toman decisiones en los medios, 1 de cada 3 son periodistas y 1 de cada 5 son entrevistadas como expertas.

Por tanto, ¿es justo reivindicar una igualdad real y más en una profesión tan expuesta como la nuestra capaz de crear referentes?

Siempre es justo reivindicar esa igualdad, más aún cuando los datos muestran tan claras diferencias. Baste decir que pese a que son más mujeres que hombres los licenciados en Periodismo, los últimos datos referentes a la profesión reflejan que solo un 25% de los puestos de los consejos de administración de las principales empresas informativas españolas estén ocupados por mujeres o que solo una mujer figura entre los directores de los 15 periódicos en papel más leídos del país; a lo que se suman hechos tan alarmantes como que el 64% de los periodistas en paro son mujeres o la creciente presencia de éstas en el periodismo freelance.

Siguiendo al hilo de este tema, es cierto que se ha avanzado mucho en el tratamiento de la violencia de género en los medios. Se ha pasado del “crimen pasional” al “Nos queremos vivas”.

Sin embargo, queda todavía un gran camino por recorrer ¿Cómo crees que se puede mejorar el tratamiento de la información sobre casos de violencia machista, incluyendo casos como el de Diana Quer o la Sentencia de La Manada?

Yo creo, antes de nada, que los periodistas debemos ser conscientes de la importancia que tiene nuestra labor a la hora de informar sobre la violencia contra las mujeres, y de la importancia de que los medios ofrezcan una imagen real del problema; así como que es un tema fundamental que requiere el compromiso, la implicación y la autorregulación de los periodistas y los medios.

En cuanto a la cuestión sobre cómo se podría mejorar el tratamiento de la información sobre estos casos, teniendo en cuenta que todo es siempre mejorable, creo que quizás sería positivo abordarlos como un problema generalizado que afecta a muchas mujeres y no como hechos aislados; exponerlos sin juicios paralelos y sin ningún tipo de morbo, y, siempre que sea posible, en positivo; tratarlos siempre desde el respeto a la intimidad de las víctimas…

Por último, gran parte de la sociedad tiene una visión muy denostada del oficio del periodismo. A mi modo de ver, es en parte responsabilidad nuestra ¿Crees que hay que poner en valor nuestra profesión desde dentro para recuperar el prestigio perdido en estos años?

Por supuesto que si queremos que nuestra profesión recupere el prestigio perdido los primeros que debemos actuar somos los periodistas. Antes de nada, y aunque cueste, nos tenemos que mantener firmes en la defensa y protección de nuestra independencia en el ejercicio de nuestra profesión, y ejercer nuestra labor con total seriedad y rigor, sin presiones ni intimidación.

Los periodistas los primeros, pero no hay que olvidar tampoco que para recuperar el prestigio de la profesión periodística también es necesaria la implicación de los responsables de los medios de comunicación y empresas periodísticas, pues a ellos corresponde tomar medidas para acabar con la precariedad de sus trabajadores y garantizar su protección ante, por ejemplo, los posibles casos de acoso; también de los gobernantes y políticos, a los que corresponde velar para que las empresas cumplan con los derechos laborales y salariales de sus trabajadores; y, por supuesto, de la sociedad, que con su valoración y defensa de la libertad de prensa y del trabajo de los periodistas contribuirán a poner freno a las falsas noticias y falsos periodistas.